México y California comparten la comprensión de que la preparación y la prevención son cruciales en lugares propensos a los sismos.
Imagen de la devastación causada por el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México. Foto: Cenapred.
Cada 19 de septiembre, México conmemora dos de los terremotos más devastadores de su historia: el de 1985 y el de 2017.
Estos eventos, que tuvieron lugar en esta misma fecha, con 22 años de separación, dejaron un profundo impacto en el país.
En honor a las víctimas y como medida de preparación ante futuros sismos, se realizan simulacros de sismo en todo México.
Los simulacros de sismo son fundamentales para preparar a la población ante la posibilidad de un terremoto real.
Cada año, el 19 de septiembre, miles de mexicanos participan en estas prácticas en escuelas, oficinas, hospitales y otros lugares públicos.
El objetivo principal es educar a las personas sobre cómo reaccionar adecuadamente en caso de un sismo.
Durante un simulacro, las personas son instruidas para evacuar los edificios de manera ordenada y buscar refugio en zonas seguras.
También se les enseña cómo actuar si quedan atrapadas bajo los escombros, enfatizando la importancia de no entrar en pánico y esperar ayuda.
Según el Servicio Sismológico Nacional de México, se han registrado tres sismos fuertes en México un 19 de septiembre:
Estos simulacros forman parte de la cultura de la prevención en México. No se trata solo de una práctica anual, sino de una recordación constante de la vulnerabilidad del país ante los sismos.
Además, sensibilizan a la población sobre los riesgos sísmicos y cómo protegerse.
El gobierno mexicano también ha implementado medidas adicionales para reducir el riesgo de desastres naturales, como la construcción de edificios más seguros y la capacitación en primeros auxilios.
La prevención y la preparación son esenciales para minimizar las pérdidas humanas y materiales en caso de un terremoto real.
La Ciudad de México y Los Ángeles, California, comparten similitudes notables en cuanto a actividad sísmica.
Ambas urbes se encuentran ubicadas en zonas de alta actividad sísmica debido a la interacción de placas tectónicas.
La Ciudad de México está en la zona de subducción de Guerrero, donde la placa de Cocos se hunde bajo la placa de Norteamérica. Esto ha resultado en terremotos significativos, como el de 1985.
Los Ángeles, por su parte, se encuentra cerca de la famosa Falla de San Andrés, una de las fallas más activas del mundo. Esta falla ha generado terremotos notorios, como el de Long Beach en 1933.
A pesar de estas similitudes, ambas ciudades han implementado medidas para reducir los riesgos sísmicos.
La construcción de edificios más seguros y programas de educación y capacitación para la población son ejemplos de esfuerzos que buscan proteger a los residentes ante futuros sismos.
Algunas similitudes de la actividad sísmica de ambas ciudades es la siguiente:
Ciudad de México:
Ciudad de Los Ángeles:
La seguridad de la población es una prioridad constante, recordada cada 19 de septiembre y a lo largo del año.