Un impresionante rancho en las montañas de Malibu, propiedad de la reconocida chef Geraldine Gilliland, sale al mercado por $18 millones. Este mágico lugar combina vistas al océano Pacífico y un estilo inspirado en México.
En las alturas de Malibu, California, un rancho de 225 acres conocido como Rancho Chiquita acaba de llegar al mercado con un precio de $18 millones. Propiedad de Geraldine Gilliland, una chef y restauradora irlandesa con más de 25 años viviendo en este mágico lugar, el rancho es un oasis de tranquilidad con vistas al océano Pacífico y a las majestuosas montañas de la región.
Geraldine Gilliland, conocida por ser dueña del famoso restaurante Lula Cocina Mexicana en Santa Mónica, adquirió la propiedad en 1995. “Desde el primer momento que pisé este lugar, supe que era el indicado. Es un espacio espiritual y mágico”, confesó la chef en un correo reciente.
Comenzando con un terreno de 40 acres, Gilliland expandió su propiedad con ayuda de su agente Barry Kinyon, quien ahora se encarga de la venta. “Es muy difícil encontrar tantos acres contiguos en esta zona. Una vez que cruzas las puertas, estás en tu propio mundo”, explicó Kinyon.
El diseño de la residencia principal está inspirado en las haciendas mexicanas, con techos de vigas, detalles de madera tallada y azulejos coloridos. La casa cuenta con cinco habitaciones y cinco baños, ofreciendo lujo y comodidad en cada rincón.
La cocina principal es un sueño para cualquier chef: azulejos vibrantes, isla con almacenamiento para vinos, dos hornos y una vista espectacular al océano desde el área de desayuno. Además, hay una cocina al aire libre junto a la piscina infinita y el spa, ideal para eventos y reuniones.
El ala privada de la propietaria incluye una habitación principal con chimenea, una terraza con vista al Pacífico, un spa privado y una oficina. También cuenta con un jardín santuario rodeado de muros, perfecto para relajarse sin interrupciones.
Por otro lado, el ala de huéspedes ofrece dos habitaciones adicionales con acceso a una palapa privada, además de una casa de invitados que era la residencia original de la propiedad.
Rancho Chiquita no solo es un hogar; también ha sido sede de bodas y eventos gracias a su amplio césped con capacidad para 250 personas. Incluso, la propiedad ha sido utilizada por producciones como el popular programa The Voice.
Un detalle curioso es un edificio en la propiedad que anteriormente fue utilizado por una empresa de telecomunicaciones. Según Kinyon, este espacio podría transformarse en un estudio de grabación o incluso en un centro para minería de criptomonedas, agregando aún más valor a la propiedad.
En 2011, Geraldine Gilliland fundó Chiquita’s Friends, un santuario para perros rescatados que inicialmente operaba en el rancho. Aunque los animales ahora tienen un nuevo hogar, este espacio conserva su esencia de cuidado y conexión con la naturaleza.
Aunque Rancho Chiquita ofrece una privacidad incomparable, está estratégicamente ubicado cerca de áreas urbanas. Santa Mónica, donde se encuentra el restaurante de Gilliland, está a poca distancia, lo que permite disfrutar de lo mejor de ambos mundos: la tranquilidad de la montaña y la vida urbana.
Con su extensión de 225 acres, vistas panorámicas al océano y diseño inspirado en México, Rancho Chiquita es más que una propiedad; es un estilo de vida. Perfecto para quienes buscan un refugio privado sin sacrificar el acceso a servicios de lujo, este rancho representa lo mejor de Malibu.
Si buscas un lugar donde cada amanecer sea una experiencia mágica y cada rincón cuente una historia, Rancho Chiquita te está esperando.
Desde su piscina infinita hasta sus jardines escondidos, este rancho no solo es una propiedad, es un sueño hecho realidad. Ahora, con su disponibilidad en el mercado, Rancho Chiquita ofrece una oportunidad única de poseer un pedazo del paraíso en las montañas de Malibu.
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