Muchos pueden pensar que elegir una base de maquillaje es lo más fácil del mundo y la verdad es que no. Algunas mujeres prefieren no usarla por no saber cómo.
Eso sí, una vez identificando cuál es la que te queda bien, seguro no la sueltas para nada.
Una base de maquillaje es un producto cosmético que se aplica sobre la piel para unificar el tono, cubrir las imperfecciones y crear un efecto uniforme.
Están disponibles en una variedad de tonos, coberturas y texturas para adaptarse a diferentes tipos de piel y preferencias.
Cuando se habla de maquillaje hay mucha información, muchas dudas, porque hay una gran variedad. Normalmente una base se rige por estos aspectos:
- Tipo de piel (seca, normal, mixta o grasa)
- Cobertura (baja, media, alta)
- Acabado (mate, radiante)
- Textura (mousse, cushion, líquida)
Se aplica generalmente con una brocha, una esponja o los dedos. Se puede aplicar en todo el rostro o solo en las áreas que se desean cubrir.
Tipos de bases de maquillaje
Hay cuatro tipos principales de bases de maquillaje:
- Base líquida: Es la más popular. Se aplica fácilmente y se puede encontrar en una variedad de tonos y coberturas.
- En polvo: Es una buena opción para las pieles grasas o mixtas. Se puede aplicar con una brocha o esponja.
- Crema: Es una buena opción para las pieles secas o sensibles. Se aplica con los dedos o una esponja.
- Mineral: Es una base de maquillaje natural hecha de minerales. Es una buena opción para las pieles sensibles.
Tipos de piel de rostro
- Normal: Tiene un equilibrio saludable de aceite y humedad. No es demasiado seca ni demasiado grasa.
- Seca: Tiene una falta de humedad, lo que puede provocar descamación y tirantez.
- Grasa: Produce demasiado aceite, lo que puede provocar brillo y poros dilatados.
- Mixta: Tiene una combinación de piel seca y grasa. La zona T (frente, nariz y barbilla) suele ser más grasa, mientras que las mejillas suelen ser más secas.