El príncipe Enrique de Inglaterra gana demanda contra el Daily Mirror

El príncipe Enrique de Inglaterra ganó su demanda por hackeo telefónico contra el editor del Daily Mirror, un veredicto que destaca el alcance y la gravedad de las prácticas ilícitas llevadas a cabo por el Mirror Group Newspapers durante varios años.

El viernes, el juez del Tribunal Superior de Londres, Timothy Fancourt, dictaminó que el hackeo telefónico era “generalizado y habitual” en el Mirror Group Newspapers y que los investigadores privados estaban intrínsecamente vinculados al sistema para recopilar información de manera ilícita. Además, señaló que los directores de los diarios estaban al tanto de estas prácticas y las encubrían.

La sentencia concluyó que 15 de los 33 artículos periodísticos cuestionados durante el juicio estuvieron involucrados en la obtención de información mediante métodos ilícitos.

El príncipe Enrique, también conocido como el duque de Sussex, recibirá una indemnización de más de 140,000 libras (180,000 dólares) como resultado de esta victoria legal. Inicialmente, solicitaba una compensación de 440,000 libras (560,000 dólares) como parte de su lucha contra los medios británicos.

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Un final feliz para el primer miembro de la familia real que declara en un tribunal

Este caso marca un hecho histórico, ya que el príncipe Enrique se convirtió en el primer miembro de alto rango de la Familia Real en declarar ante un tribunal en más de un siglo. Su testimonio, que se llevó a cabo durante dos días en junio, reveló detalles impactantes sobre el alcance de las prácticas de hackeo telefónico y espionaje realizadas por el Mirror Group Newspapers.

En sus declaraciones, el príncipe Enrique acusó al medio de utilizar reporteros para espiar sus mensajes de voz y de contratar a investigadores para obtener información de manera ilegítima, utilizando engaños y medios ilícitos. El príncipe describió el pirateo telefónico como una práctica que ocurrió “a escala industrial” en al menos tres periódicos durante esa época.

Este veredicto no solo tiene implicaciones legales para el príncipe Enrique, sino que también plantea preguntas sobre la ética y la integridad en la práctica periodística. Se espera que este caso siente un precedente significativo en la relación entre los miembros de la realeza y la prensa, reforzando la necesidad de abordar las prácticas invasivas y violatorias de la privacidad en el periodismo moderno.