Exploramos cómo atender mejor a los empresarios latinos podría generar $25 mil millones anuales en ingresos, destacando las oportunidades y desafíos que enfrentan en el acceso a servicios financieros.
Los emprendedores latinos en Estados Unidos están iniciando negocios a un ritmo tres veces mayor que la población general, según un estudio reciente de McKinsey & Company. Este grupo empresarial no solo demuestra un espíritu emprendedor significativo, sino también una inclinación hacia el crecimiento a largo plazo de sus empresas y una disposición a invertir en servicios de gestión de relaciones.
Actualmente, se estima que los empresarios latinos gastan alrededor de $17 mil millones en servicios bancarios y de seguros, cifra que se proyecta aumentar hasta $25 mil millones para el año 2030. Este crecimiento representa una oportunidad considerable para las instituciones financieras que buscan ofrecer soluciones integrales y culturalmente competentes, especialmente en servicios orientados a la relación como la planificación financiera.
Sin embargo, enfrentan desafíos significativos, principalmente en el acceso a financiamiento. El análisis de McKinsey & Company revela una brecha de $200 mil millones en préstamos entre las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de propiedad latina y aquellas de propiedad blanca. Este déficit se perpetúa por procesos de préstamos largos y desalentadores, en un contexto donde ya existe una desconfianza hacia las instituciones financieras.
Aunque algunas instituciones, como las instituciones financieras de desarrollo comunitario (CDFIs), se esfuerzan por ofrecer lo que estos empresarios necesitan, su tamaño relativamente pequeño dificulta la escalabilidad de sus servicios. Estas entidades, enfocadas en el desarrollo comunitario, están trabajando arduamente para apoyar a los empresarios latinos, pero aún queda mucho camino por recorrer para cerrar la brecha de financiamiento y proporcionar servicios que realmente cumplan con las expectativas y necesidades de este dinámico sector empresarial.
La clave para las instituciones financieras que deseen capturar esta creciente demanda y contribuir al desarrollo económico está en adaptar sus ofertas a las características y necesidades culturales de los empresarios latinos. Al hacerlo, no solo se fomenta la inclusión financiera, sino que también se potencia el desarrollo económico integral de la comunidad latina, una fuerza cada vez más influyente en la economía de Estados Unidos.
Los emprendedores latinos en Estados Unidos están listos para transformar la economía, y el sector financiero tiene una oportunidad dorada para facilitar y acelerar este cambio. El futuro promete ser brillante si las instituciones pueden alinearse efectivamente con las necesidades de este vibrante segmento del mercado.