La trágica muerte de Matthew Perry ha desvelado los oscuros detalles de sus últimos días, marcados por la adicción a la ketamina y la manipulación de personas cercanas. Aquí te contamos cómo sucedió todo.
La trágica muerte del querido actor Matthew Perry, conocido por su icónico papel en “Friends”, ha sacado a la luz un oscuro entramado de adicción, manipulación y negligencia. Detalles recién revelados exponen cómo sus últimos días estuvieron dominados por la ketamina, un anestésico que, lejos de salvarlo, terminó por arrebatarle la vida. Aquí te presentamos una cronología de los últimos días de Matthew Perry, basados en documentos judiciales y la investigación del médico forense.
Todo comenzó el 30 de septiembre cuando Perry, acompañado de su asistente personal Kenneth Iwamasa, se reunió con el Dr. Salvador Plasencia en su casa en Pacific Palisades. Perry, desesperado por recibir más ketamina para tratar su depresión, recurrió a Plasencia, quien no dudó en aprovecharse de la situación. Plasencia, en un mensaje de texto a su colega Dr. Mark Chavez, se refirió al actor como un “idiota” mientras planeaban cómo estafarlo cobrándole más por la droga.
Durante todo octubre, Perry recibió múltiples inyecciones de ketamina, cada vez más frecuentes y en dosis más altas. A lo largo del mes, Iwamasa se convirtió en el ejecutor de estas inyecciones, siguiendo las instrucciones de Plasencia y otros proveedores, incluyendo a la infame “Reina de la Ketamina”, Jasveen Sangha.
Los días finales de Perry fueron una espiral descendente. Desde el 24 de octubre, Perry comenzó a recibir inyecciones de ketamina en cantidades alarmantes. El 27 de octubre, Iwamasa le administró al menos seis inyecciones en un solo día, mientras la salud de Perry se deterioraba rápidamente.
El 28 de octubre, Perry comenzó su día con una inyección de ketamina a las 8:30 a.m., seguida de otras dos más tarde en la mañana y al mediodía. Finalmente, poco antes de las 1:30 p.m., Perry pidió una última inyección, diciéndole a Iwamasa: “Dame una grande”. Esa sería la dosis fatal. Iwamasa salió a hacer mandados, y cuando regresó alrededor de las 4 p.m., encontró a Perry flotando boca abajo en su jacuzzi. Los intentos de reanimarlo fueron en vano; el actor ya había fallecido.
El informe del forense concluyó que la causa principal de la muerte fue una sobredosis de ketamina, con el ahogamiento como causa secundaria.
Tras la muerte de Perry, las autoridades han arrestado a cinco personas, incluidos los médicos Plasencia y Chavez, así como a su asistente Iwamasa y a la “Reina de la Ketamina”, Sangha. Mientras algunos han aceptado sus cargos y colaboran con la justicia, otros, como Plasencia y Sangha, se declaran inocentes y enfrentan múltiples cargos graves.
Este caso no solo ha conmocionado a Hollywood, sino que también pone en evidencia los peligros de la adicción y la facilidad con la que aquellos que deberían cuidar de las celebridades pueden, en cambio, aprovecharse de su vulnerabilidad.
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