Descubre las reglas esenciales y consejos sobre el queso para preparar el sándwich de queso a la parrilla ideal.
Este antojito sencillo y nostálgico requiere lo más básico de lo básico: pan y queso. Foto: Pixzolo Photograohy / Unsplash.
El sándwich de queso a la parrilla, un clásico sin tiempo, es un platillo sencillo y nostálgico que requiere lo más básico: pan y queso. Sin embargo, para lograr la perfección en este bocadillo, hay reglas que no debes pasar por alto.
Puedes personalizarlo con distintos tipos de pan y queso, pero estas reglas son fundamentales:
1. La mezcla de mayonesa y mantequilla: La eterna discusión de cocinarlo con mayonesa o mantequilla llega a su fin. Tras rigurosas pruebas, se descubrió que la combinación de ambas es la clave. La mayonesa sola lo hace crujiente pero poco sabroso, mientras que la mantequilla sola es deliciosa pero no logra la textura crujiente ideal. Ambas, en conjunto, crean un sándwich crujiente, sabroso y rico.
2. Método de la “tapa”: Unta ambos lados de dos rebanadas de pan con la mezcla de mantequilla y mayonesa. Coloca una rebanada en la sartén, dora el lado inferior y añade el queso. Luego, tapa la sartén para acelerar la fusión del queso. Voltea el sándwich, tuesta el segundo lado y sirve.
3. Córtalo en triángulos: Esta elección no solo es estética, sino funcional. Cortar en diagonal te brinda más acceso al queso derretido. La distancia entre las esquinas de una rebanada es mayor que de arriba a abajo, lo que garantiza más hilos de queso y un primer bocado más sencillo.
El queso adecuado: Asegúrate de que el queso sea fundente. Quesos como American, cheddar, mozzarella o Gruyère son ideales, ya que se derriten sin problemas. Evita quesos como el Parmesano o el pecorino Romano, que no se derriten bien y a menudo contienen aditivos que los secan.
Siguiendo estas reglas, estarás preparado para disfrutar del sándwich de queso a la parrilla perfecto, una deliciosa obra maestra de la sencillez.
El sándwich de queso a la parrilla, una deliciosa creación culinaria que ha conquistado el paladar de personas de todas las edades, es considerado un clásico de la gastronomía. A menudo se le atribuye su invención a John Montagu, cuarto conde de Sandwich, en el siglo XVIII. Sin embargo, la verdadera historia de este popular bocadillo es un tanto más compleja.
La leyenda más conocida sostiene que John Montagu, un apasionado jugador de cartas, deseaba una comida que pudiera consumir sin abandonar la mesa de juego. Fue así como su criado le preparó un sándwich de jamón y queso, que Montagu posteriormente calentó en una parrilla, creando lo que hoy conocemos como el sándwich de queso a la parrilla.
Esta historia ha perdurado a lo largo de los años y es ampliamente aceptada como la explicación de su origen.
No obstante, existen evidencias que sugieren que esta deliciosa combinación ya existía antes del conde de Sandwich. En 1730, un libro de cocina francés titulado “Le Cuisinier Royal” incluyó una receta para un sándwich de queso a la parrilla, lo que indica que la idea de combinar queso y pan no era exclusiva de Inglaterra.
En el contexto estadounidense, en 1807, el libro de cocina “The Virginia Housewife” presentó una receta para un sándwich de queso a la parrilla, lo que respalda la noción de que esta deliciosa creación ya era conocida en el Nuevo Mundo.
Asimismo, en 1867, un libro de cocina británico titulado “The Modern Housewife” también contenía una receta para preparar un sándwich de queso a la parrilla. Estos registros históricos ponen en duda la idea de que John Montagu fuera el inventor exclusivo de esta delicia culinaria.